La
Gracia Santificante Eleva la Naturaleza Humana al Orden Sobrenatural
Lo
que Dios es por naturaleza nos hacemos nosotros en semejanza a
través de la gracia santificante elevando nuestra naturaleza
al orden sobrenatural, expresó el Pbro. Alfredo Sáez,
durante la ponencia "La Gracia y lo Sobrenatural", dictada
dentro del Foro Internacional Fe y Ciencia, el Orden Natural y
el Orden Sobrenatural, que se realiza en la Universidad Autónoma
de Guadalajara (UAG).
El
ponente, doctorado en Teología en la Pontificia Universidad
de San Anselmo en Roma y autor de cerca de 40 reconocidas obras
como "El Hombre Moderno" y "La Cristiandad y su
Cosmovisión", abordó el tema de "La Gracia"
como uno de los puntos medulares del foro citando a Santo Tomás:
"(...) la gracia no anula la naturaleza, sino que la perfecciona
(...), y considerando que el hombre moderno se ha olvidado de
la trascendencia de este don sobrenatural.
Dijo
que ésta es un bien sobrenatural, es decir, un bien que
ninguna naturaleza creada puede poseer por sí misma, ni
exigirlo, pues esto corresponde únicamente a la naturaleza
divina.
Explicó
que la elevación del hombre por la gracia contrabalancea,
por así decirlo, el abajamiento de Dios en la Encarnación,
pues cuanto más desciende Dios, más sube el hombre.
Indicó que los padres de la Iglesia repiten que "Dios
se hizo hombre para que el hombre se haga Dios" y que "El
hijo de Dios se ha convertido en hijo del hombre, para que el
hijo del hombre se convierta en hijo de Dios", siendo esto,
señaló, la quintaesencia del cristianismo: un Dios
que se abaja hasta el hombre, lo toma de la mano y lo eleva al
orden sobrenatural.
Mencionó
como privilegios y consecuencias de la Gracia sobre el alma humana
la "filiación" que hace al hombre hijo de Dios;
la "amistad divina" que hace desaparecer la distancia
entre el hombre y el creador y que convierte el alma en la esposa
de Dios y además su morada especial mientras se viven con
la gracia, que "es comparable a un pesebre donde Cristo vuelve
a nacer".
Indicó
que si este privilegio (de la gracia) toca la esencia del alma,
eleva sus potencias al orden sobrenatural; así la virtud
de la fe es un conocimiento superior que permite vislumbrar verdades
insospechadas; la esperanza "da una ayuda especial de Dios
para confiar que un día podremos poseerlo y gozarlo por
la eternidad"; y la caridad, mediante la cual se infunde
un amor a Dios semejante al que se tiene a sí mismo.
Los
pilares o manantiales de donde el hombre adquiere la gracia santificante
son, dijo, la Sagrada Eucaristía y María Santísima;
y en contraposición a ésta existe el pecado, sobre
todo el mortal, que es el único mal absoluto.
El día de mañana se impartirán en el Foro
Internacional Fe y Ciencia las ponencias "La Muerte, Tragedia
Final o Comienzo de la Vida?", "Infierno y la Acción
del demonio" y "El Purgatorio - El Cielo".