La
Expresión Artística de la Fe es
También una Manera de Alabar a Dios”
Por
Rosalinda Zuarth Herrera
Imágenes
religiosas, magníficas construcciones llamada
fortalezas de la fe y los cantos de alabanza a
Dios nuestro Señor, son expresiones del
fervor Cristiano. En referencia a este tema, el
panel “La belleza y el arte Cristiano”,
celebrado como parte del Foro Internacional Fe
y Ciencia 2003, en el que participaron el Dr.
Jorge Norberto Ferro, el Dr. Rafael Breide, el
Prof. Franco Ricoveri y el Arq. José Venancio
Ordoño, todos expertos el la materia, quienes
ofrecieron claras explicaciones sobre las manifestaciones
del arte sagrado.
Profundizando
ya en los renglones que involucran al arte Cristiano,
el Dr. Rafael Breide, expositor argentino y profesor
en Letras por el Consejo Superior de Educación
Católica, explicó claramente las
características del arte precristiano,
que se distingue principalmente por la fragmentación.
Con
la Encarnación del Verbo, la imagen de
Dios invisible, se hizo visible y por lo tanto,
pintable, este misterio es el fundamento del arte
cristiano; las herejías que niegan la divinidad
o la humanidad del Verbo son iconoclastas, las
finalidades del Icono son la enseñanza,
la memoria presencializante y la deificación.
El
Dr. Breide, quien también pertenece a quince
sociedades científicas, aseguró
que María “es el espejo de Dios,
le devolvió su imagen hecha carne, por
ello es la madre del amor hermoso y por ende del
arte cristiano”.
El
Profesor continuó explicando la complejidad
de las imágenes “ajeiropoietes”,
que no son otras que las que están directamente
expresadas por orden divino, es decir, donde la
mano del hombre no interviene, como los son: el
Santo Sudario, la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Existen otros iconos ya hechos por el hombre que
tienen origen evangeliario y también Iconos
bizantinos; entre los que se pueden encontrar
la Natividad de Ruvliev, la Trinidad, que es el
principal de los Iconos; la Virgen de Vladimir
o Virgen de la Ternura, conocida como Eleusa que
es una suma de Teología atribuida a San
Lucas.
“El
barroco es la fiesta de un pueblo extraordinario
que logró salvarse de la cultura de la
muerte, el arte moderno ofrece rostros destruidos,
como los que muestra Picasso en una robotización
y el cubismo que descrea descomponiendo al hombre
como mecano”, frase con la que concluye
el Dr. Rafael Breide su explicación sobre
las pinturas que plasman la magnificencia de Dios.
“En
cuanto a la música, lo más alto
para San Agustín es el canto humano, la
palabra cantada. Se debe cantar como
hombres, sólo al hombre Dios le ha concedido
un canto inteligente, a través del cual
se expresa tanto la voz, como lo más íntimo
del corazón”, aseguró el Dr.
Franco Ricoveri, expositor argentino de este panel.
De igual manera comentó que se comprenderá
así que “el canto sagrado es la forma
de exteriorizarse por excelencia que tiene la
oración”.
Finaliza
su participación el Dr. Ricoveri expresando
que hay que vivir musicalmente, como decían
los antiguos con perfecta expresión, porque
el canto no es sólo sonido. “Si quieres
cantar, canta con la vida”, dice San Agustín,
porque la vida debe ser un canto de alabanza.
Jorge
Norberto Ferro, de origen argentino, quien obtuvo
doctorado en letras por la por la facultad de
Filosofía y Letras, manifiesta en su intervención
que el artista debe tener una espiritualidad:
“Buscad las cosas de Dios y lo demás
se os dará por añadidura”,
por lo tanto hay que vivir cristianamente, para
lograr así las condiciones necesarias para
que florezca el arte cristiano.
El
cuarto de estos distinguidos participantes de
este panel, el Arq. José Venancio Ordoño,
escrito de libros como “Notas para un Análisis
Histórico Crítico de la Arquitectura
Moderna”, intervino en este panel con la
explicación de los recintos que resguardan
el tesoro de la religión, como él
las llamó “fortalezas para la fe“.
En
Nueva España durante el siglo XVI el arte
cristiano contribuyó a la Evangelización
ayudando a la conquista espiritual, se edificaron
grandes obras arquitectónicas.
Con
la arquitectura monumental del siglos XVI y así
se dio el misterio de Cristo en el arte, que incluyó
a María en el misterio de la salvación,
siendo todos estos los frutos de la Evangelización.
Las
grandes aportaciones del cristianismo al arte,
durante más de dos mil años han
venido recreando grandes pasajes de la historia
religiosa que nos dan la oportunidad de a través
de la perspectiva de alguien, imaginarnos con
mayor claridad aquello que es precisamente la
Fe, lo que es sabido pero jamás visto.
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