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El Icono Ruso

Rusia, convertida al Catolicismo ante la belleza de Santa Sofía en Constantinopla, ha sobrevivido al ateismo impuesto en el siglo XX y nos ha legado, a través de su Arte Sacro, un testimonio de Fe comparable con las catedrales de Occidente.

El Icono, cuya denominación viene del griego y significa "imagen", está fundamentado en la Encarnación del Verbo.

Aunque en el Antiguo Testamento no estaba permitida la representación de imágenes de Dios, en la Encarnación Dios mismo se muestra y nos permite representar su "Imagen". Pintar Iconos es, pues, proclamar el misterio de Cristo, que es la imagen visible de Dios Padre.

La Iglesia no sólo nos enseña a Cristo como la Verdad, por medio de su predicación, sino también como la Belleza, por medio del Icono.

El Icono se nombra por lo que representa o por su lugar de procedencia.

La Santa Faz es la "A-cherópita", que significa que no ha sido hecho por manos humanas.

El "Pantocrator" es Dios Todopoderoso, que aunque en ocasiones parece severo, siempre conserva, en ciertos rasgos, la Bondad Pura que Él es. Sostiene el Evangelio en su mano izquierda, mientras con la derecha nos bendice.

El "Theotókos", es la Madre de Dios, la Madre del Amor Hermoso. Sostiene al Hijo perfecto del Padre. Es el Icono de la Encarnación.

La "Odighitria" es la Virgen que indica al Niño como camino para llegar al Padre. El Hijo se representa como un adulto pequeño, en referencia a la Sabiduría encarnada.

Nuestra Señora del Signo u Orante mantiene sus manos en signo de oración.

La "Deesis" es la Virgen frente al “Pantocrator”, con las súplicas de los hombres que se acercan a Ella.

Al iconógrafo se le recomienda que practique y haga una oración. La preparación espiritual es indispensable, y se requiere de una Fe madura por la contemplación.

El Icono es una de las expresiones de la Tradición Sagrada de la Iglesia. El Arte como testimonio de santidad implica humildad, piedad y pureza, tanto espiritual como corporal.

Generalmente el iconógrafo se preparaba con un periodo de recogimiento, contemplación y ayuno. Y una vez concebido el Icono, se ejecutaba.

El Icono es una síntesis en la cual el reino mineral, vegetal y animal se ponen al servicio del hombre y su técnica, y el pintor, a su vez, adecuándose a normas de la tradición, se sujeta a Dios.

La técnica para pintar el Icono se basaba en la clarificación progresiva, iniciando sobre un fondo oscuro y dando luz a la pintura con trazos cada vez más claros. Los colores poseían un significado especial: el rojo y el púrpura son signos de lo divino, mientras que el azul y el verde de lo terrestre; entre otros.

En este mundo de imagen dispersiva, el Icono Sagrado tiene mucho que decirnos. Su belleza y la intercesión de la Virgen María son medios seguros para la conversión de Rusia y los hombres, no sólo en el campo político, sino también, y más necesariamente, su conversión a la Unidad Católica.

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