“La Familia, fundamento de la sociedad”
“Nisi Dominus aedificaverit domum, in vanum laboraverunt qui aedificant eam.”
“Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen.”
(Salmo 126, 1).
La familia, es la primera institución educativa, y el padre y la madre los primeros educadores de los hijos, por tal motivo, los padres tienen el derecho natural a ser los principales formadores de los mismos. Isidro Gomá, en su excelente obra “La Familia” 1, reafirma el origen natural de ésta, acentuando en ella su aspecto divino y religioso. Es una sociedad paterna fundada con la intervención directa del mismo Dios, el cual, plasmó con sus manos omnipotentes el primer matrimonio, bendiciéndolo con la maravillosa fuerza de multiplicar la vida humana en el mundo, notas tan importantes, para restaurar el orden familiar cristiano.
En nuestros días, la familia, es victima de graves atentados, buscando trastornar el orden natural implícito en ella, desde la concepción del matrimonio, volviéndolo contra la naturaleza, a través de la anticoncepción. Sobresaliendo entre estas prácticas, la del aborto; los llamados matrimonios entre homosexuales y el permisivismo predicado desde los organismos mundiales, promoviendo la mal llamada unión libre y el divorcio, ajenos a toda responsabilidad familiar, tanto entre los mismos cónyuges, como para con los hijos.
El orden natural intrínseco a la familia, manifiesta una sociedad paterna de origen divino, con distintas jerarquías y relaciones entre sus miembros, sin embargo, hoy se argumenta en contra de este orden, a favor de un igualitarismo que termina imponiendo la anarquía en el seno familiar, enfrentando a la mujer y al hombre, a la esposa contra el esposo y a los hijos contra los padres. Finalmente, de este desorden familiar, sobreviene el caos político. Pues, bien afirma el Dr. Goma: “...me atrevo a llamar a la familia la pupila del ojo del cuerpo social cristiano, que no puede tocarse sin que todo él sufra gravísimo riesgo...” 2
La familia es una sociedad paterna, fundada en la naturaleza humana. En su finalidad natural se incluye la conclusión de la tarea iniciada en la procreación. Esto implica la educación como un auxilio para la perfección de los hijos, en tanto que son hombres.
Es necesario educar a los niños y a los jóvenes, para la vida conyugal y paternal, a través del cultivo de su dimensión familiar. Restaurar la “educación para la familia”. La cual conlleva la educación para la vida conyugal y la educación para la paternidad, expresiones más profundas, específicas, amplias y con mayor riqueza de sentido que la ambigüedad del término “educación sexual”.
La familia, es una sociedad paterna de orden natural, educadora por naturaleza. Y, si bien, el matrimonio y la familia tienen un fundamento natural, la gracia de orden sobrenatural, lo supone. Como expone Santo Tomás de Aquino: al modo como la perfección supone lo perfectible.
De tal forma, que la familia debe estar edificada bajo estos fundamentos de orden natural y sobrenatural. De lo contrario, todos los intentos por preservar esta sociedad fuera de estas bases, son vanos. El restaurar el orden familiar cristiano, como cimiento de la Ciudad, incluye la restauración del orden político. “Si el Señor no es el que edifica la casa, en vano se fatigan los que la construyen. Si el Señor no guarda la ciudad, inútilmente se desvela el centinela.” (Salmo 126, 1).
Encomendamos nuestras familias a la Sagrada Familia, formada por Jesús, María y José, modelos supremos de la convivencia familiar, fundamentada en el amor divino, para que siguiendo su ejemplo se santifiquen y den gloria a Dios, a través de la procreación y educación católica de los hijos.
- 1 Cf. La Familia. Isidro Goma. Folia Universitaria, UAG. Guadalajara, Jalisco, México, 2003 pp1-2.
- 2 Obra citada p3.
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