Del 27 al 29 de octubre de 2006
en el Gimnasio de la Universidad Autónoma de Guadalajara

Fueron Grandes Militantes de Dios

Por Greta Villaseñor

Arrancando los aplausos del público durante largo tiempo y escuchándose felicitaciones hacia los expositores por doquier. Así fue el final de la conferencia “Héroes y Santos en la Milicia”, impartida por el Mtro. Manuel Vargas de la Torre y la Lic. Sofía Villavicencio, en el marco del Foro Internacional Fe y Ciencia 2006, celebrado en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).

Por un lado, en esta ponencia sonaron los nombres de hombres que hicieron aportaciones importantes en la historia de México: Hernán Cortés, Agustín de Iturbide, el General Enrique Gorostieta y Miguel Miramón. Inmediatamente surgió otro, en esta caso una mujer, una joven que luchó por su pueblo, por su rey, por su Dios: Santa Juana de Arco.

Verdaderos héroes de la nación

El Mtro. Vargas de la Torre relató que sobre la historia se oculta o se vitupera a los verdaderos héroes, por ello la importancia de engrandecer a estos fieles seguidores de la verdad.

Entre los primeros nos encontramos con Hernán Cortés, quien con un gran celo religioso impulsó la evangelización de los indígenas paganos. Su obra fue portentosa y adquirió el sentido de una cruzada mística.

Considerado también como creador de la Nación Mexicana, Agustín de Iturbide, quien fue borrado de una de las estrofas del Himno Nacional Mexicano por decreto y que nadie hasta nuestros días conoce, encuentra una patria madura arrebatada por garras del liberalismo y la masonería. Agustín de Iturbide, dio independencia, Patria, Bandera a nuestro país.

Entre las aportaciones que realizó el General Gorostieta, otro personaje, el conferencista de esta charla y profesor investigador de esta Casa de Estudios, mencionó que experimentó una transformación, y de agnóstico, liberal, jacobino y masón, se unió al ejército libertador, se identificó con la causa por la libertad religiosa y vio  más allá de la derogación de las leyes persecutorias, reclamó inclusa al mismo Episcopado Mexicano por los llamados “acuerdos” entre el gobierno y algunos prelados. Murió en combate y ha sido relegado al olvido.

Del General Miguel Miramón, hay mucho que decir; el “Joven Macabeo” ingresó al Colegio Militar a los 14 años, pocos meses antes de la invasión yanqui a nuestra Patria.

Miramón estuvo en el castillo de Chapultepec defendiendo hasta el último momento a su Patria, fue herido y hecho prisionero por el invasor, por ello es considerado uno de los Niños Héroes.

También fue un excelente alumno, obtuvo ascensos, tanto en el Colegio Militar como en el campo de batalla. Por ello pronto ganó los grados de General de brigada y de división.

Al triunfo de la Revolución de Ayutla, Juan Álvarez ocupa la Presidencia de la República, como premio a su traición en Chapultepec.

A los 27 años, Miguel Miramón llegó a ser Presidente de la República, el más joven en toda nuestra historia. Aceptó la intervención y el imperio cuando persuadido de que aquella no amenazaba la independencia, sino que podía establecer un gobierno nacional durable.

Con visible emoción, el Mtro. Manuel Vargas de la Torre rindió un tributo a estos personajes trascendentes en la historia de nuestro país.

Un ejemplo para la juventud actual

Por su parte, la Lic. Sofía Villavicencio narró magníficamente la vida y gran obra de San Juana de Arco, la jovencita que de tan sólo 17 años dirigió a todo un ejercito para salvar su nación, Francia.

Su vida, como ella lo dijo, se divide en tres etapas, el periodo de luz, periodo de sombra y, por último, el periodo de tinieblas, los cuales se desarrollaron en dos años y cuatro meses.

Durante su plática contó que a principios del siglo XV, en Francia se encontraban tres fuerzas que pretendían la corona. La legítima, de Carlos VII, también conocida como la de los “Armagnacs”, la ambiciosa, del duque de borgoña, llamada de los Borgoñones y la invasora, de los ingleses que querían a toda cosa hacerse de Francia.

Juana de Arco nació en la aldea de Domremy, Francia, en enero de 1412. A los 13 años fue que se le apareció San Miguel Arcángel y le anuncia la encomienda de salvar a su pueblo, fue a los 16 años y medio que voces del cielo le urgían a iniciar con dicha encomienda divina y sale de su casa en busca del Delfín Carlos y hacerlo coronar.

Agregó que fue por su valentía, coraje y obediencia a los mandatos de Dios, que Juana de Arco realizó mucho en tan poco tiempo. Entre sus primeros triunfos destaca el de Orleáns, con el cual se gana el titulo de “Doncella de Orleáns”.

Aún así y poco convencidos de su fuerza espiritual, los ingleses atribuyeron a Santa Juana de Arco poderes demoníacos, como causa de sus victorias.

Su odio crecía en la medida que ésta les arrebataba ciudades para la causa del Delfín y por esto juraron quemarla.

El obispo Pedro Cauchon, quien como aliado de los ingleses, compartía el odio y el rencor hacia la doncella, se convirtió en el verdugo intelectual y moral de Santa Juana de Arco.

Fue aprendida y condenada por hechicera y hereje, murió el 30 de mayo de 1431, quemada ante los que la odiaron y negaron su divinidad.

Después de varios años, tal como lo había profetizado la doncella de Orleáns, Inglaterra, fue expulsada del suelo francés, quedando toda Francia para los franceses.

Veinticinco años después, a instancia del rey Carlos VII, y con anuencia del Papa Calixto III, fue examinado el proceso contra Juana de Arco y fue declarado nulo e inicuo. Fue rehabilitada por la iglesia y canonizada por Benedicto XV, el 17 de mayo de 1920.

Para contar esta interesante historia, la Lic. Villavicencio, tomó escenas de la película realizada en honor de esta mujer, lo que aumentó aún mas el sentimiento de los asistentes al recordar a Juana de Arco.

Después de realizar y explicar a detalle la vida de esta Santa, la madre de familia y profesionista, Licenciada en Historia por la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), dejó en el público una gran reflexión, principalmente en la juventud mexicana actual, que tienen en su mayoría una vida triste y cómoda.

“La fidelidad con que Santa Juana obedecía, la piedad con que rezaba, con la confianza con que esperaba en Dios, con la virilidad con que emprendía sus batallas; amigos todos, aquí, está el modelo, a nosotros nos toca seguirlo. Siempre guerreros, cristianos guerreros, santos guerreros. Santa Juan de Arco, rogar por nosotros”, finalizó.

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