Del 27 al 29 de octubre de 2006
en el Gimnasio de la Universidad Autónoma de Guadalajara

Llaman a Reevangelizar a la Sociedad

Por Seúl Martínez Ascencio

Hay que reevangelizar a la sociedad para que se reconstituya el matrimonio y la familia, a eso estamos llamados, mientras esto no se haga, dijo el Dr. Alberto Caturelli, filósofo argentino, quien cerró el segundo día del Foro Internacional Fe y Ciencia 2006, con su conferencia “Matrimonio Cristiano”, en la cual abordó la vida de Luigi Beltrame y María Corsini, primer caso de una beatificación que hace la Iglesia Católica de un matrimonio.

“Hay aquí una intención de Dios de mostrar la santidad del matrimonio y la familia al mundo, a este mundo anticristiano”, dijo y agregó que los dos procesos de beatificación fueron conducidos en forma separada de acuerdo con el Derecho de la Iglesia, pero fueron presentados juntos, sobretodo “presentando los caracteres de la santidad conyugal en la vida de dos esposos italianos enamorados”.

El Foro Internacional Fe y Ciencia se desarrolla por quinta vez en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) desde su inicio en el año 2000, y acuden a este evento estudiantes, profesores, padres de familia, autoridades universitarias, colaboradores, invitados, público en general con conferencistas nacionales y otros provenientes de Argentina y España.

Por la santificación de los Beltrame es la primera vez que se exalta al matrimonio como modelo. Así el matrimonio se nos manifiesta como una vocación. Los Beltrame fueron ejemplo de fortaleza al oponerse al aborto y a la vez fueron ejemplo de devoción a la Sagrada Eucaristía al comulgar diariamente en familia.

Naturaleza del matrimonio y la familia

La sexualidad es una aptitud libre, no una necesidad, como tomar agua o digerir la comida.

La sociedad  conyugal es inaugural y perenne. Este implica la indisolubilidad del matrimonio y la fidelidad. El divorcio por tanto es una especie de vampirismo que descansa en el egoísmo.

El amor matrimonial es relativamente trascendente en los hijos, que es la unión entre los esposos y es trascendente en Dios. El matrimonio es fecundo y búsqueda de la unidad. Por tanto los hijos son el resultado del acto supremo del amor del hombre y el acto supremo del amor divino.

Todos los niños vienen del seno de Dios, por lo cual, nada odia más en este mundo el demonio que al matrimonio y a la familia, porque es un pequeño cuerpo místico.

La gracia del estado nupcial es respectiva. Son llamados en cuanto esposos y esta vida va progresando en la vida interior.  

Luigi Beltrame y María Corsini

Luigi Beltrame y María Corsini, beatificados el 21 de octubre de 2001, llevaron una vida ordinaria de una manera extraordinaria y fueron llamados como matrimonio a la santidad.

María Corsini nació en Florencia y debido a que su padre era militar vivió en diferentes ciudades. Su padre era un católico de gran rectitud.
Beltrame, por su parte, fue criado por sus tíos, tenía una cultura clásica muy buena y estudió jurisprudencia.

Se conocieron en Roma y se fue creando en ellos una gran afinidad. A través de sus cartas se manifiesta el gran amor que se tenían.

Posteriormente contraen nupcias y tienen cuatro hijos; tres de ellos abrazaron la vida religiosa.

La familia da testimonio y hoy está en las catacumbas; sin embargo, es como un cirio encendido.

Sólo Dios separa los cónyuges con la muerte para unirlos a una vida inconcebible. Quien practica el sexo libre, logrará un goce erótico genital pasajero, pero no sabe lo que se pierde porque destruye la sexualidad y obstruye la donación del verdadero amor, y se pierde a sí mismo como persona.

La castidad es muy hermosa, porque reserva esa potencialidad para aquel o aquella al cual se entregará para siempre.

La castidad no se pierde, ya que en el matrimonio se adquiere la castidad conyugal.

La castidad es una experiencia mucho mejor y muy superior.

El sexo es una perfección constitutiva del hombre.

No hay nada más opuesto al amor humano que el egoísmo.

El matrimonio Beltrame tuvo cuatro hijos, tres de ellos tuvieron vocación religiosa y dos de ellos participaron en la ceremonia de beatificación de sus padres y aún viven.

El filósofo Alberto Caturelli tiene 55 años de matrimonio, tiene ocho hijos y ha recibido gran cantidad de reconocimientos, entre ellos varios honoris causa, y participa en gran cantidad de sociedades filosóficas en Argentina y en otros países.

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